Núcleo

El frío e inerte acero se puede transformar en una lujosa escultura en la que su esencia como material natural siga viva.

Esta escultura se divide en llamativos volúmenes, soldados con sumo cuidado. Los elementos de acero soldados generan la impresión de que la pieza ha sido tallada a partir de una única forma monolítica. Son estos volúmenes el eje central de esta escultura, lo que permite crear un escenario sofisticado que es, a su vez, una celebración del espíritu de hospitalidad de quien la posee.

Esta escultura es compleja en su fabricación pues requiere de estudiados detalles. Cada tentáculo se forja a mano, se le busca su lugar idóneo y se suelda con una paciencia y saber hacer infinitos.

Estás ante una auténtica pieza de relojería.

Todas mis esculturas son personalizables, el acabado, el tamaño, color o incluso forma no son definitivos.

El precio final depende del tamaño y el acabado. Para obtener un presupuesto preciso contacta conmigo y ¡manos a la obra!

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